Por Gabriel Rosenbaun

 

En 1991, la NBA quedaba, para el básquet argentino, tan lejos como la luna. Faltaba un año para que Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird y compañía bajaran del Olimpo, para clasificarse en Portland y tomar su dosis de oro en Barcelona antes de regresar a su cielo inalcanzable. Héctor «Pichi» Campana fue uno de los primeros en intentar el alunizaje en ese planeta desconocido hasta que la Generación Dorada plantó bandera celeste y blanca: el goleador cordobés tuvo su oportunidad en New Jersey Nets, que lo invitó a un campus de entrenamientos al que seguiría una Liga de Verano en Detroit.

La revista Sólo Básquet, que en 2021 reaparecerá en formato digital, le encomendó a Marcelo Nogueira la cobertura de aquella aventura del máximo goleador de la historia de la Liga Nacional, que había mostrado su enorme capacidad ofensiva en el Mundial 1990 disputado en nuestro país.

La misión periodística resultó inolvidable, estuvo plagada de dificultades y permite pintar, tres décadas más tarde, un mundo absolutamente distinto al de la hiperconexión moderna.

Aunque parezca un guion de una comedia de enredos, Nogueira ni siquiera pudo ver en acción a Campana: el libreto cambió sobre la marcha, aunque ni «el Flaco» ni otro argentino pudiera soñar con que existieran celulares, WhatsApp o redes sociales para enterarse de las novedades de último momento. El oficio periodístico permitió que la edición semanal de Sólo Básquet tuviera una extensa cobertura, que se redimensiona con el paso de los años y, sobre todo, al conocer el contexto en el que se generó ese material.

En un diálogo extenso, ameno y jugoso, Nogueira inaugura una sección de producciones especiales de De Bandeja Basket: las coberturas que dejaron huella.

«El primero en enterarse de que Pichi tendría una prueba en la NBA fue, como siempre, Osvaldo Orcasitas. Un adelantado. Orlando Salvestrini, que después se hizo famoso en Boca, lo llamó a Osvaldo para que le hiciera el contacto con Pichi. A Salvestrini le había gustado cómo jugó Pichi contra Estados Unidos en el Mundial 1990 y era conocido de Martin W. Schubert, un financista que tenía relaciones con varias franquicias y hacía gestiones como representante “aficionado”. Había que conseguir un VHS (un videocasete) de Pichi: Osvaldo Orcasitas fue quien lo consiguió», inicia el relato Nogueira.

El viaje inicial de Campana a New Jersey fue tapa de la edición N° 85 de Sólo Básquet.

La precuela de lo ocurrido en julio de 1991, en la inolvidable cobertura de Nogueira, comenzó unos meses antes. Willie Reed, pivot campeón con los Knicks a principios de los setenta, era vicepresidente de operaciones de New Jersey Nets y citó a Campana en febrero, en plena temporada NBA. ¡Y en plena temporada de Liga Nacional! GEPU de San Luis autorizó al goleador, que hizo un viaje relámpago a Estados Unidos y, allí sí, logró una invitación formal para julio.

«El plan en Sólo Básquet era que yo fuera a Detroit, porque después de Nueva Jersey, los Nets se iban a jugar una Liga de Verano a Detroit. En realidad, era en Auburn Hills, como 60 kilómetros adentro de la ciudad, donde estaba el estadio que tiraron abajo hace dos años. Así que armamos todo para que yo hiciera esa cobertura y, de ahí, me fuese al Mundial Juvenil de Edmonton, Canadá. En aquella época, en 1991, no había un celular, no había un carajo», relata, divertido, «el Flaco».

«El mismo día que yo salía desde Ezeiza, Bill Fitch, entrenador de los Nets, “cortó” a Pichi del equipo de 15 que iban a Detroit. Pero nosotros no nos enteramos. Es decir que yo viajé a Detroit, con escala en Nueva York, si mal no recuerdo. Cuando llego, me voy al hotel donde iba a estar New Jersey y arriba de la mesa estaban las tarjetas de todos los jugadores del equipo. ¡Y no estaba Pichi!», continúa Nogueira.

«Es como si fuera el día de hoy que veo la mesa blanca con todos los nombres de los jugadores de New Jersey. Y no ver a Pichi ahí fue preguntarme qué carajo hacía», apunta con una sonrisa.

–Fue el momento, intuyo, de preguntarte de qué te disfrazabas para zafar.

–¡Imaginate! Yo llego a Detroit para hacer la gran cobertura y no está Pichi. «¿Qué hago, qué hago?», me decía. «Tengo que reconstruir la historia de por qué no está», me planteé. Ahí lo enganché a Bill Fitch y, con la colaboración de Liliana Scheines, que me hizo de traductora, le pregunté por qué no estaba Campana ahí. «A Campana lo cortamos en New Jersey. A mí me lo presentaron como un tirador y no tiraba», me respondió. Cuando terminó el viaje, después del Mundial Juvenil, hablé con Pichi y él me dijo: «¿Cómo querés que tire si no me pasaban la pelota?».

–De acuerdo a lo publicado en Sólo Básquet, ahí te plantearon que le dificultad con el inglés había sido muy grande.

–Sí. Lo que pasa es que Pichi se había puesto a estudiar inglés desde que tuvo la noticia, en febrero. Se puso a estudiar inglés y, además, hizo una puesta a punto especial con el preparador físico Eduardo López Delgado, una vez que terminó la temporada en GEPU. De todas maneras, en aquel momento lo del inglés era una excusa. En ese momento, a New Jersey le sobraban jugadores perimetrales y lo veían a Pichi como base, cuando no era base. En esa época, la NBA era muy cerrada a los extranjeros.

–Parecía casi blindada para alguien venido de Argentina.

–Era muy cerrada, muy cerrada. De hecho, en Portland a Drazen Petrovic le habían hecho la vida imposible, hasta que cayó en New Jersey y pudo mostrarse mucho más. Los tipos anteponían el inglés y la defensa, cuando en la NBA no todos eran grandes defensores. Me fui dando cuenta con el tiempo de que era una excusa. Volví a hablar con Pichi treinta años después. «Mirá, yo no jugué mal, pero no me dejaban tocar la pelota, ni la olía. Si daba un pase, no volvía», me dijo.

La cobertura de Nogueira en Detroit, en la edición N° 104 de Sólo Básquet.

–¿Cómo siguió tu misión «reconstrucción» de la historia?

–Hablé con Fitch y también con Rick Carlisle, que era muy jovencito. Y a través de Liliana Sheines también pude tener un mano a mano con Petrovic. Yo lo había entrevistado en 1986, en la Copa Williams Jones que se jugó en Argentina, gracias a Ranko Zeravica. Entonces, la reconstrucción ya empezaba a tomar forma con Fitch, el entrenador, y Petrovic, que era una persona conocida para nosotros, los argentinos. Porque en esa época, al resto de los jugadores no lo conocía nadie.

–Cuando lo entrevistás, Fitch te dijo que le gustaría que Pichi volviera al año siguiente como base y sabiendo más inglés.

–Recuerdo esa charla, pero ya en aquel momento me pareció que eran declaraciones de compromiso, porque estaba hablando con un medio argentino. Yo lo tenía que publicar, porque el tipo me lo había dicho, pero la verdad es que no le creí nada. Además, en tan pocos entrenamientos, ¿cuánto podía haber demostrado Pichi? Para mí fue una prueba tirada de los pelos. Ojo que también Oberto fue a una prueba así y no quedó, ni estuvo en el Draft. Y después fue campeón de la NBA. No hay una lógica de entrada a la NBA.

LAS RAZONES DE FITCH
* Fragmento de la entrevista publicada en Sólo Básquet

–Pichi es físicamente pequeño, tiene que trabajar más para desarrollar su cuerpo.

¿Qué te pareció su juego ofensivo?

–Es bueno ofensivamente, con un buen pase, tiene un buen tiro corto y pienso que New Jersey no lanzó al canasto desde larga distancia todo lo que él puede.

¿Pensaban encontrar en Campana a un jugador para su plantel?

–Él tiene todavía la posibilidad de jugar, me gustaría tenerlo nuevamente en otro campus y con otro grupo pero jugando de point guard, no como tirador.

LA OPINIÓN DE REED
* Fragmento de la entrevista publicada en Sólo Básquet

«Quiero que sepa que me sentí muy feliz de tenerlo con nosotros y espero que considere la posibilidad de volver el año próximo. Pienso que el idioma fue una dificultad importante si lo mejora ya no será un problema. Fue un gusto tener relación y conocer a Pichi».

–En Sólo Básquet vos ya habías escrito que New Jersey no parecía una gran opción para Pichi, porque tenían muchos perimetrales y, de hecho, en el Draft habían elegido a Kenny Anderson y a otro guardia.

–Hay que poner en contexto las cosas. Hace treinta años vamos a decir que yo sabía algo de NBA y contaba con algo de información, por lo que podía leer del USA Today, los libros que conseguía de la NBA y algunas revistas españolas e italianas. Con los elementos que tenía, me parecía que no era la franquicia para Pichi. Pero tal vez fui osado en decirlo con la información con la que contaba.

A la derecha, la columna de Marcelo Nogueira mientras Pichi se preparaba en busca de su gran sueño.

¿PUEDE JUGAR EN LA NBA?
Fragmento de la columna de opinión de Marcelo Nogueira antes del viaje de Campana a New Jersey

«La nota lleva por título la pregunta más escuchada desde el mismo momento que se supo de la invitación de Willis Reed para que Pichi pruebe sus condiciones en New Jersey Nets. La respuesta al interrogante del público es sí. Campana tiene condiciones técnicas y atléticas que le permitirían desenvolverse en la NBA».

«Pero la pregunta de hoy es si New Jersey Nets necesita a Campana. Tal vez Pichi encuentre el equipo que necesita en otra ciudad».

–Volvamos a Detroit. No sólo era imposible que contactaras a Pichi, sino que el contexto parece de la prehistoria: no había celulares, ni notebooks, ni Internet.

–Yo tenía una máquina de escribir: una Olivetti. Y muchas hojas de papel en blanco. Me fui a Auburn Hills y vi un día completo de esa Liga de Verano entre New Jersey, Indiana Pacers, Washington Bullets y Detroit Pistons mientras avanzaba con la reconstrucción de la historia. Ahí me llama, a la habitación del hotel, León Najnudel. Y me dice: «¿Qué estás haciendo en Detroit?». Y le digo que fui a ver a Pichi. Y él me comenta que ya sabía que lo habían cortado. «Venite a New York», me dice.

–¿Y qué hiciste?

–Yo le explicaba que me tenía que ir a Edmonton, al Mundial Juvenil, en Canadá. León insistió con que fuera a New York. Dos o tres horas después me avisó que a tal hora de la mañana siguiente había un vuelo y que él me esperaba en Nueva York. Él estaba parando en la casa de unos amigos, de un muchacho que había sido entrenador de sus hijos. Y allá fui.

–Antes de seguir. ¿Cómo hizo León para ubicarte en Detroit?

–Es algo que no sé. Nunca se lo pregunté. Yo estaba parando en un hotel en la ruta, cerca de Auburn Hills. Un hotel barato, sin desayuno, nada. Había una máquina abajo, para sacar café. Y eso era todo. La editorial no tenía presupuesto para coberturas en el exterior, así que habíamos armado nuestro propio sistema: la publicidad que vendíamos quedaba para nosotros. Entonces, hacíamos un pozo común y entre nosotros decidíamos quién hacía la cobertura. De esa manera Miguel Romano cubrió el Preolímpico de Portland en 1992 y los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Nogueira, de bermudas y chomba negra, junto a León Najnudel en Harlem.

–¿Escribiste todos los artículos de esa nota antes de viajar a Nueva York?  

–Me puse a escribir en el hotel de Detroit, seguí escribiendo en el avión y también al llegar a Brooklyn. Tenía tiempo, porque era una revista semanal. Cuando la terminé, le dije a León que tenía que mandar la nota de alguna manera. En aquel momento lo pasabas por teléfono, dictando palabra por palabra, lo que era muy caro, o lo mandabas por fax. Y el ruso me dice: «Vamos a buscar un fax». León conocía Nueva York como la palma de la mano. «Vamos a cualquier negocio, le pedimos el fax y le pagamos la llamada. ¿Qué problema hay?», me dijo.

–¿Y no hubo problemas, tal como él vaticinó?

–La cosa es que salimos a caminar y vimos lo que acá sería una ferretería. León encaró al dueño y el tipo aceptó. Nos dijo cuánto salía: ponele que fueran 5 dólares el minuto. Y pasé las diez o doce carillas de la nota en el fax de una ferretería de Brooklyn. Y ahí me quedé tranquilo.

–Para un pibe o una piba de hoy, aquel mundo parece inimaginable. ¿Cómo chequeaste que hubiera llegado todo bien y que no hiciera falta más nada de vos?

–Un rato después de mandar el fax agarré una moneda de veinticinco centavos de dólar y, desde un teléfono público, llamé a la Redacción. «Quedate tranquilo, Flaco. Entró el fax», me dijeron. Y me fui a ver partidos con León. Al resto lo iban a hacer mis compañeros en Buenos Aires, cuando llegara Pichi al país.

PETROVIC: «YO TAMBIÉN SUFRÍ»
* Fragmento de la entrevista publicada en Sólo Básquet

–Fue un gran cambio para él pasar del básquetbol FIBA al de la NBA, aunque fue mejorando un poco cada día. Pero allí había aspirantes acostumbrados al estilo norteamericano de juego y a Pichi no le alcanzó su rendimiento para llegar a Detroit.

–¿Pichi tiene posibilidades de jugar en la NBA?

–Si, yo pienso que debería participar un poco más de estos entrenamientos y partidos de Liga de verano. De esta manera, Él se adaptaría y podría entrar en algún equipo de la NBA que tenga necesidad de su juego.

–Hay fotos de Pichi en las notas de tu cobertura. ¿De dónde salieron esas fotos? No había camaritas digitales ni celulares ni nada parecido. Era muy difícil conseguir algo así.

–La mayoría de las fotos que están publicadas en Sólo Básquet fueron gentileza de Osvaldo Orcasitas, que había mandado a sacar para El Gráfico. En esa época, El Gráfico mandaba a sacar 200 fotos. Y Osvaldo nos «tiraba» algunas, porque éramos amigos de él.

–A treinta años de aquello uno toma dimensión del profesionalismo con que estaba hecha esa revista en unas condiciones de producción mil veces inferior a lo que podrías tener ahora. ¿Tuvo impacto aquella cobertura?

–Para mí fue difícil saberlo, porque de ahí me fui a Nueva York con León y después al Mundial Juvenil de Edmonton, donde Argentina fue tercera. Creo que los únicos medios que le dimos bola a aquella prueba de Pichi fueron El Gráfico y Sólo Básquet. Hasta el 1991 la NBA era otro mundo, inalcanzable. Cuando en 1988 eligieron al «Loco» Montenegro y al «Gigante» González en el Draft, yo lo publiqué en la agencia DyN. Página/12 lo levantó y lo publicó chiquito. Para mí era algo grandísimo para el básquet argentino, pero ni Clarín ni La Nación publicaron nada de ese Draft, por ejemplo.

 

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Todas las fotos y reproducciones de páginas de Sólo Básquet fueron extraídas de la increíble colección que publicó Pablo Cabial en su página de Facebook | Disfrutá de esa colección en este link