Por Gabriel Rosenbaun

 

«En aquella época se trabajaba diferente. Además, éramos todos jóvenes y solteros. Y teníamos unas ganas increíbles de laburar. Por ejemplo, el trabajo de seguimiento que hizo “el Flaco” Miguel Simón sobre la preparación de Pichi para ir a probarse a New Jersey Nets fue excelente», describe Marcelo Nogueira sobre aquellos tiempos lejanos de la Sólo Básquet edición papel: una aventura llena de energía y cierta bohemia que dejó su sello en el básquetbol argentino.

«El Flaco Simón podía estar cinco, seis, siete horas ahí hasta que sacaba algo, hablaba con Pichi, López Delgado. Nosotros estábamos acostumbrados a ir a buscar la información, a quedarnos en reuniones eternas de dirigentes para poder tener un dato. Hoy no se sale a buscar la información, no se investiga, no se va al archivo. Yo noto que alguien googlea y después “refrita” lo primero que sale en el buscador», añade.

–Si bien cambiaron los tiempos, noto que es un tema que te fastidia.

–A mí me indigna entrar a Internet y ver datos mal puestos. Me deben odiar, pero a veces llamo a amigos que laburan en sitios muy importantes para marcarles algún error. Si no se corta a tiempo, se retroalimentan esos errores, porque alguien los publica y otro toma eso y lo “refrita”. Y después viene otro que “refrita” a ése.

Campana fue el protagonista principal de la foto de tapa de la edición inicial de Sólo Básquet, publicada el 25 de marzo de 1989.

–En la nota central me contaste cómo consiguieron fotos de Pichi en New Jersey a través de Osvaldo Orcasitas. ¿Cómo conseguían fotos o información a fines de los ochenta y principios de los noventa?

–En la cobertura de Pichi, la entrevista con Fitch tiene una foto súper grande, porque se ve que era poco texto y había que rellenar con algo. Muchas de aquellas fotos eran «afanadas» de las revistas o de diarios. Yo iba a un kiosco de Corrientes y Maipú y compraba diarios y revistas de España, Italia y Estados Unidos. Además, recibía las Media Guide de la NBA todos los años. A lo que ahora hacen bajando fotos después de googlear nosotros lo hacíamos en esa época: las cortábamos con una tijera y las mandábamos al taller. Era todo muy artesanal.

–Uno tiende a idealizar momentos del pasado. ¿Qué tan bien la pasaban en esa Redacción?

–Nos cagábamos de risa. Fue inolvidable. A la vuelta había una cantina, en la que hacían entraña a la parrilla. Era riquísima. Así que muchas veces arrancábamos ahí y después nos íbamos a la Redacción. Llegábamos tipo dos o tres de la tarde y empezábamos a hablar la revista, la discutíamos a muerte: teníamos tiempo, porque era de edición semanal. Después llegaban los mates, las facturas, las charlas, las risas. Y empezábamos a sentir que la revista era importante para el medio, para el ambiente: se leía y fijábamos agenda.

–Seguramente hoy, en su casa, cualquiera de nosotros tiene más recursos tecnológicos que en aquella Redacción.

–En toda la Redacción, para Sólo Fútbol y Sólo Básquet, había una sola línea fija de teléfono. Como el fútbol se jugaba a la tarde, lo usaban primero ellos para tomar toda la información. Y después nosotros empezábamos a buscar la «info» del básquet, que terminaba a las once o doce de la noche. Y si entraba un fax, naturalmente no podías usar el teléfono, porque era la misma línea.

Foto retro: los integrantes de Sólo Básquet, una revista que dejó su sello en el básquet argentino.

–De aquella Redacción de Sólo Básquet, ¿muchos tenían otro laburo?

–Sí, por supuesto. Miguel Romano trabajaba en Crónica, La Nación y Sólo Básquet. Marcelo Guerrero, en el viejo Tiempo Argentino, en Crónica y en la revista. «El Flaco» Simón, en Tiempo Argentino y en Sólo Básquet. Ale Pérez en un canal de San Martín, en una radio y en la revista. Marcelo Vidal tenía un kiosco y trabajaba en la revista. Yo me desdoblaba entre Télam, DyN bajo seudónimo, Sólo Básquet y VCC. Con el sueldo de la revista no íbamos a ningún lado.

–¿Cuál fue el pico de popularidad de la revista?

–El pico de ventas, alrededor de 1990, fue de ocho o nueve mil ejemplares semanales. En aquel momento hacía falta información, que no estaba en los diarios, salvo en Bahía Blanca, donde podían publicar una página sábana entera, con planilla estadística y todo. Eso sólo pasaba en Bahía. Ahora, la información está en todos lados y lo que hace falta es opinión. Vamos a ver si con el relanzamiento de Sólo Básquet, ahora en versión digital, vamos por ese lado.

–¿Ésa es la gran apuesta para esta nueva etapa?

–Sí, opinión y rigor en lo que hagamos. También surgieron algunas ideas, como una sección que se va a llamar «Lectura para escuchar». Ahora la gente sale a caminar o a correr con los auriculares puestos, así que muchas de las principales notas no estarán sólo en formato escrito, sino con sus respectivos audios. Y vamos a leer capítulos de libros o de viejas notas.

https://twitter.com/solobasquet2/status/1378096400920145920?s=20

–Volvamos a la Redacción. ¿Recordás situaciones que hoy parezcan salidas de época?

–Los domingos a la noche llamaban a la Redacción muchos entrenadores para saber los resultados de los otros partidos de Liga Nacional. León Najnudel, siempre. Julio Lamas, también. Hoy tenés todo en el celular. Hace poco, Enrique Tolcachier me contaba que cuando fue asistente de León en Gimnasia de Comodoro Rivadavia, se iban en auto hasta el Kilómetro 8, porque ahí agarraban alguna radio. Ponían el auto en una estación de servicio y escuchaban cualquier partido: Santa Paula de Gálvez contra Sport de Cañada de Gómez. Cualquiera. El que pudieran sintonizar. Y ahora se cae el streaming y parece que es el fin del mundo.

 

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Todas las fotos y reproducciones de páginas de Sólo Básquet fueron extraídas de la increíble colección que publicó Pablo Cabial en su página de Facebook | Disfrutá de esa colección en este link